Hacer del teatro un procedimiento transversal, que se
aplique en las diversas materias, puede parecer difícil en un principio, pero
es cuestión de asumirlo como una técnica pedagógica más. Complementando los
libros de texto, las excursiones o los trabajos en grupo, las representaciones
pueden convertirse en uno de los pilares de las clases. Los estudiantes asumen
el rol de personajes históricos, de fórmulas matemáticas, de elementos
químicos, de partes del cuerpo, de verbos… ¡El límite lo pone vuestra
imaginación!
De esta forma, los niños asimilan mejor los conocimientos,
ya que por un momento representan algún elemento clave en la materia, lo que requieren
que se pongan en su papel y entiendan su funcionamiento. Además, toda la
actividad se lleva a cabo con una metodología divertida y amena, en la que las
risas y los buenos momentos están asegurados. Se trata, sin duda, de una
estupenda manera de fomentar la participación activa de los niños y profesores,
ofreciendo una alternativa de trabajo que debería incluirse como base en el día
a día de las escuelas, dejando atrás su papel de actividad extraescolar de
menor importancia.
¿Qué ventajas aporta el teatro?
Tanto la aplicación del teatro a otras materias como la
asignatura de Teatro en sí misma, ofrecen un gran número de ventajas a los
estudiantes que nos hacen plantearnos la importancia de estas prácticas. Entre
ellas, destacan:
- Potencia las relaciones personales con sus compañeros y con los adultos, favoreciendo la formación integral del niño como ser social.
- Permite desarrollar las diferentes formas de expresión, desde el lenguaje hasta el movimiento corporal o la música. Además, se estimula el placer por la lectura y la expresión oral, perfeccionando la habilidad comunicativa de los más pequeños.
- Al perder el miedo a hablar en público, el teatro fomenta la confianza en uno mismo y aporta una mayor autonomía personal, ayudando a los más tímidos a superar sus miedos. Además, mediante la adopción de diferentes roles y personajes, el teatro es la mejor herramienta para que el niño pueda mostrar sus sentimientos e ideas, y haga público especialmente aquello que le cuesta verbalizar.
- Desarrolla la empatía, ya que enseña a los más pequeños a ponerse en el lugar de otras personas diferentes a ellos. Al ponerse en la piel de diversos personajes, los estudiantes pueden experimentar lo que se siente en situaciones que quizá no podrían haber vivenciado de otra forma.
Recopilador: Jherson Luis Soria
Saavedra